Decían de él que era tan tímido que hablaba con la guitarra. Él no consideraba que lo suyo era arte, sino el producto de estar 11 horas al día tocando y tocando. Es más: no tenía ni idea de solfeo y era incapaz de leer una partitura (y ni falta que le hizo). Paco de Lucía era EL GUITARRISTA, así con mayúsculas.
Despertarte una mañana con la muerte de EL MAESTRO de la guitarra no es fácil de digerir. Verlo tocar y escuchar lo que salía de esas cuerdas era un lujo para todos los sentidos. Siempre lo tuve en un pedestal y podía seguir posts y posts hablando de él.
Os dejo una canción compuesta por él llamada Entre dos aguas y que sólo el sonido evoca al agua ya. Hasta siempre maestro (D.E.P.).
Maravilloso Paco de Lucía, no habrá nunca otro como él.
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