Título: Generación E.G.B.
Autor: Javi Nieves
Nº de Páginas: 208
Año de edición: 2013
Editorial: Espasa
ISBN: 9788467018851
Sinopsis de la editorial: Basado en la sección del mismo nombre del programa La Mañana de la COPE, Generación EGB
es un guiño nostálgico a aquellos años. Con un toque de humor e ironía,
recordamos los juguetes con los que jugábamos, las series de TV que nos
entretenían, la música que escuchábamos, la ropa que vestíamos, las
chuches, los libros, etc. En la actualidad todo lo que tiene que ver con
la nostalgia de los 70/80 funciona. Tiendas, revistas y páginas webs
arrasan con propuestas parecidas
Buenos días, Javi Nieves:
Yo nací en 1974, 2 años después de
ser aprobada la Educación General Básica (E.G.B.) que pretendía
acabar con el analfabetismo en España. El curso 80-81 empezaría el
primer curso en un colegio de monjas, donde sólo eramos niñas
(todavía quedaban resquicios del Antiguo Régimen) y había que
llamar uniforme.
Aprendí a leer con el método
fotosilábico (todavía si pienso en la la letra I, me viene a la
cabeza una Iglesia) y uno de mis libros de lectura se llamaba Los
caramelos mágicos donde unos niños al tomarlos, entraban en una
especie de éxtasis que les trasportaba a vivir un cuento (ya ves,
todo estaba permitido. Menudo puro que le caería ahora a esa
editorial).
En matemáticas aprendía lo de los
conjuntos y subconjuntos, en sociales los límites de España y me
cagué en la Perestroika cuando vimos con pudor que la URSS se
fragmentaba en decenas de países que ahora se votan entre ellos en
Eurovisión (se podían haber quedado como estaban, la verdad).
A mí lo que me gustaba eran esos 3
mapas donde venían los ríos, las montañas y las provincias de
España, respectivamente. Mi preferido era el último, ya que eso de
las montañas no me acaba de entrar.
Todavía los profesores te podían
soltar una hostia y en concreto yo tuve una que era mejor no sentarse
en primera fila... la muy “jodía” te traía frita a manotazos
con el anillo que llevaba en el dedo. Hoy en día abren el telediario
desde ese colegio.
Pero también había tiempo para el
recreo. Para comer llevaba un phoskito o un pantera rosa para después
quedarme con la pegatina. Nadie nos hablaba del colesterol ni de las
grasas instauradas. Pero mi preferido era el Mi merienda de
Bimbo con un bollo y una chocolatina de Nestlé. Más tarde salió el
Bollycaco de Panrico donde el bollo estaba relleno de chocolate.
Triunfó, sin duda.
En esa media hora jugaba a las mamás,
a la goma, la comba o al béisbol con una pelota hecha con los
papeles de plata del bocadillo. Y, por supuesto, a Verano Azul, donde
me tocó ser Pancho, ya que Javi y Bea te los quitaban rápido. Por
cierto, nunca recordaré quién sería Quique. Supongo que alguna de
clase, de esas que poco destacan.
No, no tuve una BH, que la mía fue Orbea. Y lo de silbar la melodía sí lo hacía.
La tele era nuestra la mayor parte del tiempo (¡y con sólo 2 cadenas!) y Verano Azul tocaba los sábados por la tarde. Con Bea aprendí que un día se deja de ser niña y tus amigos te dedican una poesía y todo (menos mal que no fue así, menudo trauma...).
El resto de la semana, al llegar a casa encendía el televisor, ya que toda la tarde era en horario infantil (y no lo de ahora). Mientras tomaba el bocadillo de Nocilla (con aquel vaso que luego nuestras madres fregaban para ser utilizado) veía a Mª Luisa Seco con un pequeño espacio que daba lugar a programas como La Cometa Blanca o Barrio Sésamo. Siempre quise vivir ahí, con esos niños tan simpáticos y ese erizo rosa que iba desnudo por el día y se ponía pijama por la noche. Hace unos años lo escuché por la radio y no veas la lloriquea que pillamos unos cuantos...
Durante muchos años corrió la leyenda urbana de que uno de los niños de la Nocilla era Quique de Verano Azul. Os dejo esta foto que encontré, con photoshop y todo.
Luego ponían El Kiosko, con una pelirroja llamada Verónica Mengod y Pepe Soplillo donde se hacían vídeos infantiles. También , 3 2, 1... Contacto, que era para los más mayores, pero que también lo veía. Era interesante ver los experimentos químicos que realizaban.
El sábado por la mañana madrugaba
para ver Sabadada con el entrañable Torrebruno y sus peleas entre
“tigres, tigres, leones, leones, todos quieren ser los campeones”.
Salía un dibujante llamado Juan Ramón Sánchez, quera capaz de
contar una historia mientras te hacía un dibujo con un rotulador.
Luego vino La Bola de Cristal y no paraba de decir aquello de “me
importa un watio” o “que te fundas”. Lo presentaba Alaska y es
de suponer que Mario Vaquerizo no se lo perdiera tampoco. La cuarta
parte era la más entretenida, al rescatar series antiguas como La
pandilla (el mejor era Alfalfa) y por supuesto, La familia Monster,
donde la guapa de la serie era la rara de la familia.
Y, por supuesto, no faltaban los
dibujos animados. Todos los sábados y domingos después de comer,
teníamos al Inspector Gadget, El Cid, Ulises 31 o David, el Gnomo.
Esta vez no nos avisaron del final y sé de más de uno que se tuvo
que ir al baño para que nos vieran llorar nuestros hermanos
pequeños. Eso de convertirse en árbol no estaba previsto e hizo que
respestasemos la naturaleza, ya que quizá en algún árbol estuviera
el simpático Gnomo o su mujer (con la que se daba besos con la
nariz). Quizá estuviera todavía cerca la censura de los besos en
las películas, de hecho quién no recuerda los rombos para calificar las películas. Un rombo era que la película era para mayores de 14 años, así que no muy fuerte. Lo malo era cuando salían los 2 rombos... ¡mayor de 18 años! Y qué cosas, era cuando te entraban más ganas de ver la tele y tus padres te mandaban para la cama. Así que cuando empezaba una peli, tapábamos la esquina de la pantilla donde salían los dichosos rombos por si acaso...
También veía los dibujos que ponían entre horas (supongo que para rellenar espacios donde no había programación). Me encantaba aquel gato que decía “malditos roedores” con acento andaluz. Sin olvidar, al risitas o aquel pulpo que decía “mamá pulpa”.
Los domingos por las tardes echaban
Candy,Candy, que se puede decir que fue la precesora de los
culebrones mexicanos de los que luego hablaré. Una niña huérfana
que es encontrada junto con su gran amiga Annie con la que pasa su
infancia en un orfanato hasta que es adoptada. A la pobre le salía
todo mal y el día que muere, Anthony, su amor, fue peor que la
muerte de Chanquete, Al fin y al cabo, ya era un hombre algo mayor,
pero Anthony, tan joven...
Eso sí, mi preferido fue Naranjito, que fue la mascota del Mundial 82 que se celebró en España. Hubo hasta unos dibujos animados llamados Fútbol en Acción. De ese mundial nos quedamos con la mascota, ya que de nuestra selección, mejor no hablar. Se olvidaron jugar al fútbol, evidentemente. Y mira qué eran buenos: Juanito, Santillana, Arconada, Quini...
Todos ellos formaban parte de los
cromos que coleccionaban los chicos de la época, pero yo como soy
mujer, coleccionaba otros cromos. Empecé muchas colecciones, pero
acabar, acabar, acabé pocas. Lo mejor era una colección que
hiciesen muchos niños para poder cambiar cromos con aquello del
“sile, sile, nole, nole...” (que en mi barrio hacíamos leísmos).
Recuerdo que metía el taco de cromos en un papel que era la lista de
los números de la colección, que iba tachando según tenía y
cuando veía a alguien que la hiciera, le pedía si quería cambiar
cromos. También alguna vez subía a casa de alguna vecina con mi
madre, que lo disfrutaba tanto como yo o más. Así, pude acabar la
de Festival de dibujos animados o Días Felices. Pero lo que más
ilusión me hizo fue la de Candy, Candy. El día que la acabé fue
uno de los más felices de mi vida. En cambio, me dio mucha pena no
seguir con “Mis casitas” donde coleccionabas casas y trajes
regionales de todo el mundo. No fue de las más populares. Mi hermano
hizo la de la pandilla basura, que tuvieron que prohibir por
irreverente. Si alguien tiene algún cromo que no lo tire, que estará
más cotizado que la Mona Lisa.
Este álbum lo tenía en casa y me dió mucha pena no poder acabar la colección.
Algunos cromos de La pandilla basura. Tenían gracia, pero aquello era demasiado.
También coleccioné las que daban con los yogures Danone, que eran cromos adhesivos, que no había que utilizar el pegamento Imedio y era mejor. Hice la de Willy Fog y la de David, el Gnomo, que recuerde.
Pero cambiar cromos no era lo único
que hacía interactuar con los otros niños. También jugaba en la
calle a infinidad de juegos “hasta que se encienda el farol”, que
me decía mi madre. El juego más popular entre las niñas fue, sin
duda, la goma. Era negra y la comprábamos en la mercería y luego
jugábamos de miles de maneras. Había muchas modalidades de juegos:
- Por la manera de colocarla: cruzada o sin cruzar
- Por el número de chicas que tenían que sujetar la goma (sin duda, la parte peor del juego): podían ser 2 ó 3.
- Por el tipo de juego: con canciones, pisar la goma o, simplemente, saltar.
Saltar la goma en mi barrio se llamaban
“las alturitas” y al llegar a las nubes muchas tratábamos de
emular a Nadia Comanecci haciendo la rueda lateral sin tocar la goma.
Las goma empezaba en el suelo y acababa encima de la cabeza.
También existía la opción de sujetar la goma entre 2 árboles, 2 faroles o lo que fuera y así todas disfrutabamos. Y, por supuesto, si jugabas sola, no quedaba más remedio.
También jugaba a la cuerda y prefería
la comba a la barca. Y cuando tocaba piscina o playa, me encantaba
echar una partida a las cartas de las familias.
Pero sigo con la tele... Cuando acababa
nuestra programación, veía también los programas “de mayores”
con aquellas series como Dallas con J.R. que era el malo que mejor
caía. Otra que me marcó fue Norte y Sur y ni de lejos pensaba que
el del sur además iba a ser el bailarín de una peli musical que
marcaría mi época: Dirty Dancing. Se convirtió en el Grease de
finales de los 80 y siempre caía el baile en la fiesta de despedida
del instituto. Eso sí, como Grease nada, que uno de mis primeros
recuerdos de mi infancia era el de unas chicas que bailaban a toda
pastilla la canción de “You are the one that I want".
A mí me gustaba más el el norte, que no recuerdo ni su nombre. No tuvo éxito en el cine como el otro.
Y ya que hablo de música, para
programas no infantiles, los musicales en los que también salían
grupos de niños de la época. El mejor era Parchís, sin duda, y el
día que una chica de mi clase me dijo que Tino había dejado
embarazada a una chica, sentí que se acababa mi infancia. Tampoco
estaban mal los Regaliz y su “vaya mentira” y, por supuesto,
Enrique y Ana y su disco filipino (que les clavaron un dineral a mis
padres cuando compraron el juguete a la salida del cine). Todos
hacían película, incluida Chispita, aquella Marisol de los 80 que
parece ser que ahora es cajera de un supermercado. Salía con Piraña
y Tito, los enanos de Verano Azul.
Los programas musicales eran Aplauso y
Tocata, presentado por José Antonio Abellán. Todavía recuerdo un
especial de navidad el día de mi cumple con actuaciones especiales,
como la de “David, Rafa, Javi y Dani... ¡Hombres G! Eran mi
favoritos, sin duda. También estaban Mecano, Duncan Dhu, Modestia Aparte o Los Inhumanos con su Simca 1000 sexual. Del extranjero,
fueron inolvidables Bon Jovi y Europe, que para ser heavys sonaban
hasta poperos y gustaban a todo el mundo. Y hasta salían en el Súper
Pop...
....esa revista que regalaba carpetas y
bolsas para los libros y en las que venían historias de amor,
trucos de belleza, tests a nuestros ídolos y por supuesto, el
horóscopo. Y como no, los posters que luego colgaba en mi habitación
para desesperación de mi madre. También estaba el Vale, que era un
Súper Pop “low cost”, sin regalos y más pequeñas. Nunca
olvidaré esas historias de amor, que en una época era lo único que
leía, que no fueran los apuntes del instituto.
Ya vistéis que salía todo "quisqui", hasta los de Verano Ázul.
Pero no sólo salían cantantes, sino actores como el “eternamentejoven” Michael J. Fox, que su Regreso al futuro se convirtió en una de mis pelis de mi infancia. Pero, la mejor para mi, fueron Los Goonies, sin duda. A partir de entonces, siempre tenía la esperanza de que el guapo de la pandilla me besara en toda la boca... Y, por supuesto, vi E.T., que si no viste esta peli, no eres de esta Generación. Nunca un personaje con sólo 3 frases, tuvo tanto éxito.
Otra revista que compraba era el
Tele-Indiscreta y llenaba la carpeta con las pegatinas y pósters de
V, esa serie de lagartos que invadían la tierra y que hizo que no me
rascase la cara con mucha frecuencia...
Eso sí, si algo me identifica con esta
ya mítica generación es, sin duda, la cinta. Siempre tenía decenas
de cintas vírgenes para grabar temazos de Los 40 principales o me
grabara un L.P alguna de clase (¿Quién hablaba antes de
piratería?). Siempre fui más de canciones que de cantantes, así
que me encantaba grabar de la radio. ¡Cuántas veces no salía el
locutor hablando mientras le daba al Rec y luego me estropeaba la
canción! Menos mal, que todas las navidades salían los Boom, con
todos los éxitos del año. Recuerdo que tuve el del 87, que si la
conservase, la podría poner a todas horas y triunfar. Entre otras,
estaba: Pacto entre caballeros de Sabina, Hijo de la luna de Mecano,
Voyage, Voyage, The Communards, Pet Shop Boys...
Esta es la foto que me hizo ganar el libro. Si eres capaz de relacionar estos 2 objetos, no te las des de tan joven..
Y hubo otra cinta que el día que entró en casa, me sentí realizada. Me refiero a la de VHS, ya que al comprar el vídeo, siempre tenía alguna metida, por si salía algo que me gustase en la tele. Y, por supuesto, los “findes” iba al vídeo-club a pillar un par de pelis para verlas tranquilamente. Mi calle estaba llena de video-clubs, ahora reciclados en tiendas de chinos. Sabías si una peli estaba teniendo éxito si estaba la cinta toda estropeada de tanto verla. Y sí, lo confieso, alguna vez la devolví sin rebobinar.
Y volviendo al colegio, mi actividad
extraescolar fue el baloncesto, pero lo dejé porque el estirón se
quedó corto. No hice caso a mi madre en la mecanografía y luego me
tocó un curso acelerado cuando llegó el ordenador. Un día que me
gustaba mucho era el primero de la vuelta de las vacaciones de
navidad. Ese día podíamos traer un juguete que te habían traído
los Reyes: aparecían Nancys, Barriguitas, Pin y Pon, Barbies,
Nenucos... A parte de juguetes también me regalaban libros de la
colección Barco de Vapor o tebeos de Zipi y Zape. Por supuesto, que
mi primera colonia fue Chispas y sintiéndolo mucho, el Spectrum
nunca llegó a mi casa. Fue el MS-DOS, el primer ordenador, pero no
lo toqué hasta que llegó el Windows. Eso sí, siempre se me
olvidaba poner en el curriculum el curso de Basic que hice en un
campamento al que fui cuando era pequeña.
Estos libros te enseñaban a ser detectives o espías. Compré el primero por casualidad y empezó a arrasar en mi barrio. Eran muy entretenidos.
En clase de gimnasia hacíamos una
tabla con la canción Material Girl de Madonna, que nunca faltaba en
las fiestas de mi colegio. Tampoco faltaba el Thriller de Michael
Jackson, el vídeo que hizo cambiar la década de los 80.
Pero nada era comparable con el
viernes. Ese día, a parte de los manuales que teníamos por la
tarde, era el día del... ¡¡¡¡UN, DOS, TRES...!!!! El lunes no
parábamos de hablar de Bigote, Charito Muchamarcha o Beatriz
Carvajal. “Y hasta aquí puedo leer” o “han sido 20 respuestas
acertadas a 25 ptas. cada una...” serán frases para toda la vida.
Porque Javi Nieves, todavía cuando veo a un tío bueno digo lo de “demasiao para mi body” y me pregunto si todavía hay quien tienen el apartamento de Torrevieja (Alicante). Si algo sale mal, me sale lo de “La cagaste Burt Lancanster”. Cada vez que compro una nube, me dan ganas de quemarla con el mechero. Yo también tuve mi momento heavy (que sólo duro un día, pero algo es algo). Las cintas de D. Algodón eran mi colgante preferido y en mis pantalones no faltaban mis chapitas “acid”. Espero que no vuelvan las hombreras y procuro no enseñar la foto que hice en un fotomatón para el libro de la E.G.B. Porque una es de la E.G.B y sólo me queda decir ¡Cómo están Ustedes! Que se me olvidaban Los payasos, que más de una vez me perdía ya que me coincidía con el día que preparaba la comunión (y no, no me regalaron un Casio, sino un Radiant).
P.D.: Dedicado a la que fue, sin duda,
la voz de todo una generación. Que dijo aquello de “Yo soy tu
padre" o “Sayonara, Baby”. Que presentaba uno de los mejores
concursos de la TV: El tiempo es oro. Que presentó los JJOO de
Barcelona. Y del que se decía que era la voz de Dios. Constantino
Romero, va por ti.
Recomiendo el libro si...
Recomiendo el libro si...
...tu primer TV fue en blanco y negro
...llamabas UHF al segundo canal
...jugabas al cubo de Rubik (otra cosa era si te saliera o no). A mí nunca me salió, lo confieso.
...como David Summers, nunca te perdías El Libro Gordo de Petete.
...jugabas al cubo de Rubik (otra cosa era si te saliera o no). A mí nunca me salió, lo confieso.
...como David Summers, nunca te perdías El Libro Gordo de Petete.
...todavía echas de menos las
nocheviejas de Martes y 13
...relacionas Móstoles con una
empanadilla
…tu primer vídeo juego fue una
maquinita de una pantalla
...quedabas con la pandilla sin
necesidad de móvil ni redes sociales (en mi caso ni telefonillo
tenía).
...tenías que guardar 2 horas de
digestión para poderte bañar.
...viajabas en coche con la baca arriba llena de bártulos
...los viajes eran sin cinturón de seguridad y por carreteras secundarias.
...te caías al suelo y si te hacías una herida te echaban mercromina
...viajabas en coche con la baca arriba llena de bártulos
...los viajes eran sin cinturón de seguridad y por carreteras secundarias.
...te caías al suelo y si te hacías una herida te echaban mercromina
...piensas que Joaquín Sabina debería
incluir en sus conciertos la canción de con las Manos en masa
...dices rebobinar cuando quieres
volver a ver algo en un DVD
...tu corrector de texto era un tipex
…te sentiste el líder de la pandilla
cuando dijiste lo de “por mí y por todos mis compañeros y por mí
el primero”.
…piensas que, como decían los
padres: “cualquier tiempo pasado nos parece mejor”.
Tiene que ser muy divertido auqnue yo invierto poco en este tipo de libros.
ResponderEliminarLO quieroooo!
ResponderEliminarQué recuerdos!!!
Además ayer rescaté del desván de mi madre todas mis revistas de jana y mi colección de tintín,.,..y los pienso releer jeje
Un beso!
Ays, pero cuántos recuerdos! Si sólo te llevo un añito! Si he visto toda mi infancia pasar por delante de mis ojos. Y también me he acordado dle sufrimiento que hacía pasar a toda mi familia los domingos con Candy, Candy. Que también era la época en que sólo teníamos una televisión en casa. Así que todo el mundo a ver lo mismo. Qué ganas le tengo a este libro!
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo soy un poco más mayor, pero algunos recuerdos son comunes, que tiempos. Estaba pensando en los programas con dos rombos, hoy en día en la mayoría de los casos serían para todos los públicos. Besos.
ResponderEliminarQué de recuerdos en tan poquito espacio!! =)
ResponderEliminarMe encantó el libro, relectura fija =)
Besotes
Me ha encantado esta entrada!!! yo soy un poco mas joven pero con cada una de las cosas que has dicho me ha hecho recordar y sonreír!!
ResponderEliminarPues no conocía este libro y este si que cae fijo!!
Besotes!!
Lo quiero jejejeje además se hace una viejo al reconocer tantas fotos jajajajaja ,uy buena la entrada, no buena no genial
ResponderEliminarEste libro no lo conocía, pero también tiene que ser estupendo :) La niña de la foto jugando a la goma eres tú? Muy mona.
ResponderEliminarBesitos.
jejeje... no soy yo. No tengo ninguna foto mía jugando a la goma. Así que tuve que tirar del google.
Eliminaryo lo tengo pero tiene algunos fallos de libro los simpson en canal plus o compañeros en egb y despues de al ataque fueron el mismo dia si pero 4 años despues
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