¿Nunca os ha pasado
que tuvisteis que empezar a ver una serie o programa de TV porque no
parabais de oír hablar de ello y os sentíais bichos raros al no
saber de lo que estaban hablando? Que yo recuerde me pasó 2 veces.
La primera fue con la serie Sensación de vivir, allá por los 90. En
el instituto no callaban con aquella pandilla de amigos que
estudiaban en el Beverly Oeste y que eran todos divinos de la muerte.
Todo el mundo que si Brenda, que si Brando o que si Dylan (el rebelde
sin causa aspirante a James Dean). Tanto oía hablar de ella que la
empecé a ver (en la cocina, que en mi casa veían en el salón el
Un, dos, tres…). La otra vez fue con OT unos años después.
Aquello ya no era en clase sólo, aquello ya era en todas partes a
las que iba. Esta vez hablaban de un tal Bustamante que no paraba de
llorar, de un tal Bisbal que cantaba como Luis Miguel o una tal Rosa
que con su inocencia y sus continuos despistes cautivaba a la
audiencia. Me llegué a sentir una especie de extraterrestre viendo
que todo un país había caído en las redes de ese programa, por lo
que no me quedó más remedio que convencer a mi familia a que
dejaran de ver Periodistas y se pasaran a ese concurso musical que se
convirtió en un auténtico fenómeno sociológico (esta vez me negué
a tener que verlo en la cocina).
Pero estas 2 veces
en las que no tuve más remedio que caer en las redes de aquellos
programas, fue algo que hice inmediatamente ya que aquella serie tuvo
su época y ya está y OT no deja de ser un concurso que ves cuando
lo están emitiendo o sino pierde la gracia.
Con aquellas
emisiones claudiqué, pero también hubo otars que arrasaban y no
llegué a ver como fueron Falcon Crest (que a mi familia no nos
enganchó), Expediente X (sí, ya sé que yo misma soy un Expediente
X) o Sin tetas no hay paraíso (lo siento pero no soy fan de Miguel
Ángel Silvestre, precisamente). Y, bueno, tampoco me sentí tan
rara, sino que me lo tomé como un acto de rebeldía: todo el mundo
lo veía menos yo, con un par.
Sin embargo, todo
cambia cuando aquella serie que tenía tanto éxito y que no viste en
su momento por el motivo que fuera, ves que años después la gente
sigue hablando de ella como si el tiempo no hubiera pasado. Y eso es
lo que me pasó con la serie Friends: que ya no ha sido años
después, sino décadas después, todavía se oyen frases como “como
decían en Friends” o “como en aquel capítulo de Friends” o
“como Rachel la de Friends” (por cierto, era al único personaje
que conocía).
Así que el pasado
30 de setiembre de 2018 decidí suscribirme a la plataforma Nefltix,
que es donde la proyectan. Ese fue mi 27 de noviembre (que fue cuando
la estrenaron en España en 1997) o mi 22 de setiembre (que fue
cuando la estrenaron en Estados Unidos 3 años antes). Porque todos
tenemos una fecha en la que vimos el primer capítulo de Friends y la
mía fue esa.
La serie empezaba
con una Rachel que llegaba vestida de novia al mítico Central Perk
ya que no se quiere casar con su novio Barry. Todavía se llevaban
los pantalones de talle alto, los cortes desmechados o los
maquillajes un tanto exagerados. No había móviles, el CD era la
última sensación para escuchar música y la pantalla del ordenador
ocupaba casi más que el portátil desde donde estoy escribiendo
esto. Es decir, estaba viendo mi adolescencia y mi juventud reflejada
en la pantalla, así que razón de más para querer seguir viéndola
y no arrepentirme de que tras el primer gratis en la citada
plataforma, tenía que pagar una pequeña cuota (y pensar que España
la emitían en abierto en el Canal + que era de pago ¡sniff!).
Porque lo cierto que
con los 236 capítulos que dura la serie me he reído como nunca. 236
capítulos que he visto en 4 meses, cuando la gente los vio en 10
años. Así que yo en semanas veía como aparecían los móviles
(que ahora son ya hasta vintage), se empezaba a ligar por Internet
(¿dónde quedó ya lo de ligar en persona?) o como la ropa cambiaba hacia
tendencias más atemporales que prácticamente podríamos usar
todavía ahora.
Y como ocurrió con
la ropa, también ocurrió con la serie: que ha sabido envejecer
perfectamente y nos reímos igual que el primer día. Quizá sea
porque no hablaron nunca de temas de actualidad (cuando en aquellos
años una becaria de la Casablanca hizo que las becarias no fueran
muy bien vistas…) pero el caso que los diálogos pueden ser
prácticamente de ahora (añadiendo whatsapps, redes sociales y
spotity evidentemente). Y mirad que se habla de la homosexualidad en
una época en la que no estaba visto este tema como algo tan natural
como lo vemos ahora, pero el caso que lo trataron con respeto y no se
ve homofobia ni nada de eso ahora.
Confieso que algunos
capítulos me gustaron más que otros pero en todos hice algo: reírme
(y a carcajada limpia la mayoría de las veces). Sería imposible
acordarme de todos los momentazos pero así a bote pronto se me
vienen a la cabeza el “oh, dios mío” de la insoportable Janice
que aseguraba risas a continuación o aquel “ellos no saben que
nosotros sabemos que ellos saben que sabemos” cuando todos se
enteran de lo de Mónica y Chandler. Me he reído con las torpezas de
Phoebe, con las 3 bodas de Ross (nunca un descanso en una relación
dio tanto que hablar), con los chistes malos de Chandler, con las
excentricidades de Mónica o con las audiciones frustradas de Joey
(al que le costaba demasiado aprender francés). Eso sí, mi capítulo
preferido es “El de Brad Pitt” que aunque se llame “El del
rumor” para mí será el del cameo más recordado. Os lo digo de
verdad: nunca un actor tan perdido en una comedia (esas sonrisas a
Rachel se veían demasiado reales) hizo que con un capítulo me
pudiera reír tanto, pero es que lo del club de odio a Rachel, quien
ocultaba un bulto sospechoso fue demasiado (y bueno reconozco que el
hecho de estar Brad Pitt ahí también tuvo mucho que ver… aunque
no fuera creíble su papel).
La serie la vi en
español por elección propia. Es cierto que podía haber elegido
verla en V.O. con subtítulos pero una lleva toda la vida viendo
ficción en su idioma original y sería raro hacer otra cosa. Además,
tenemos unos actores de doblaje estupendos que quién sabe si no
mejoran a los originales. Y, bueno, el 4 de febrero fue mi 6 de mayo
de 2004, que es cuando se emitió en EEUU el capítulo final. Me
encantó cuando Mónica le dice a su recién nacido que nunca va a
encontrar a una mujer que lo vaya a querer tanto como ella… Y,
bueno, la escena final es de sobra conocida y supongo que todos
tuvimos alguna vez una despedida así; con abrazos y llaves que
posamos en una mesa para no volverlas a ver. Hoy volví a ver en
YouTube la primera secuencia con Rachel vestida de novia huyendo de
un novio dentista llamado Barry…. Y me empecé a reir como la
primera vez, como aquel 30 de setiembre en el que me metí en el
universo de Friends: en el apartamento de Mónica donde todos
vivieron alguna vez, en el sofá de Central Perk donde todos se
contaban sus penas y aparecían ligues de una noche, en el piso de
Joey con ese futbolín que también tuvo su final, en la boda de Ross
donde no se casaba con Rachel… Y aunque no había whatsapps ni
Instagram, ni selfies, no los echaba de menos pero me imaginaba a
Rachel (de la que no me quedó claro cómo se pronunciaba su nombre)
con sus “outfits” en el Instagram diciendo de quién iba vestida
o como el hastag #bodadechandlerymónica sería TT en el twitter. Por
cierto, la cuenta de Friends en Instagram tiene ya ¡6 millones de
seguidores! Lo que demuestra que esta serie nunca morirá. De todas
las escenas me quedo con el baile de Mónica y Ross, sin duda:
Pues aquí una que aún no ha visto la serie... ¿Picaré alguna vez?
ResponderEliminarBesotes!!!
Estás a tiempo, la puedes ver por Neftlix como yo. Yo creo que hay que verla 2 veces: una para descubrirla y otra para recordarla.
EliminarA mí`me encantaba Friends pero no sé si he visto todas las temporadas
ResponderEliminarJusto ahora estoy viendo una especie de podcasts para aprender/practicar inglés que se titulan Learning English with Joey y me lo estoy pasando pipa
Es lo más de lo más
Sí, la serie es genial. Cada vez que pasa por warner y están transmitiendo un capítulo me quedo pegada sin importar cuántas veces lo haya visto. Pero no me cuadra... ¿Cómo que 31 de septiembre? Septiembre solo tiene 30
ResponderEliminarah! es verdad, no me había dado cuenta. Fue el 30, nada lo cambio y ya está. Gracias por el aviso.
Eliminar¡Hola! ^^
ResponderEliminarYo la he empezado a ver desde el principio. Hacía tiempo que no la veía en orden, solo capítulos sueltos cuando la pillaba por la tele, y además es la primera vez que la veo en versión original, porque siempre es mejor escuchar las voces auténticas de los protagonistas. Para mí "Friends" es el mejor remedio contra el aburrimiento, porque siempre me hace reír. Es una serie que me ha marcado.
Besos!
El otro día estuve viendo la escena eliminada por el 11S y como no la doblaron, la tuve que ver en V.O. y me reí como cuando veo la serie en español. Lo cierto que el humor no entiende idiomas. Besos!
EliminarEs fabulosa.. Yo también soy de descubrir series con mucho retraso pero tienes que hacer las cosas cuando a ti te apetezca. Besos
ResponderEliminarPues últimamente gracias a las plataformas yo también me he apuntado a esta moda y tengo que decir que algunas salen mal parados pero otras son auténticos descubrimientos.
ResponderEliminarNo sé cuántas veces habré visto Friends, mínimo una en español y otra en inglés completas, más capítulos sueltos en cantidades industriales. Siempre me río, aunque me conozca perfectamente los chistes. Para mí la mejor escena de toda la serie es en la que Rachel le comunica su embarazo a Ross, aunque son magníficas también las relacionadas con la historia del Tibidabo y el concurso en el que se juegan los apartamentos.
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