Reseña de Palmeras en la nieve-Luz Gabás

• Título: Palmeras en la nieve 
• Autor: Luz Gabás
• Editorial: Temas de Hoy
• Nº de Páginas: 736
• Año de edición: 2011

 

De este libro me llamó la atención su portada (una vez más) y su título, ya que eso de palmeras me recuerda tanto al árbol tropical como al delicioso bollo de hojaldre que tanto me gusta. Pero, en este caso, hace referencia a lo primero y el hecho de que vaya acompañado de la nieve, que en principio nada tiene que ver con las palmeras, si tiene su sentido, como luego veremos. Viene avalado por María Dueñas, la autora de la ya archifamosa El tiempo entre costuras, con el que tiene en común el hecho de  estar ambientado en la África española del Siglo XX. Por lo demás, son 2 libros que no tienen nada que ver, ya que cuentan historias totalmente diferentes: mientras que El tiempo entre costuras cuenta la complicada historia de una modista con el estallido de la Guerra Civil y de la Segunda Guerra Mundial, Palmeras en la nieve es la historia de un secreto que lleva oculto muchos años en la Guinea Ecuatorial y que una descendiente se encargará de descubrir en la actualidad.

LUZ GABÁS, LA AUTORA

Nacida en Monzón (Huesca) comparte con María Dueñas los mismos estudios: Filología Inglesa. Parte de su familia paterna estuvo viviendo durante muchos años en Guinea, lo que le llevó a escribir esta novela ambientada en esa época y en ese lugar: cuando los españoles dejaban la gris península franquista por la exótica Guinea africana para hacer dinero y caían cautivados por ese lugar tan diferente al nuestro. Como curiosidad decir que es alcaldesa del pueblo oscense de Benasque, pero también se ha dedicado a la docencia, a la investigación y a la traducción, entre otras cosas.

ARGUMENTO

Clarence es una joven filóloga inquieta y curiosa, que siempre le gusta indagar en el pasado de su familia. Un día descubre en la casa familiar una carta que procede de Guinea. Esa carta estaba dirigida a su padre y le conmueve lo que en ella dice. Enseguida se da cuenta de que ese texto guarda algún secreto oculto que se quedó en la lejana Guinea, país donde pasó su padre varios años de su vida. 

Kilian (su padre) dejó con 24 años su frío y hostil Pirineo aragonés por la cálida Guinea donde estaban ya su padre y hermano. Fueron años inolvidables y, aunque ya habían pasado muchos años de aquello, tanto Kilian como su hermano Jacobo habían tenido muy presente la que se había convertido en su tierra de adopción. 

Clarence siempre había oído hablar de esa tierra y decide hablar con Julia: una mujer que pasa temporadas en el lejano pueblo aragonés y que había estado con su padre y su tío en Guinea. Mantiene con ella una conversación inquietante y le dice que pregunte por cierta persona. Clarence no puede más con su curiosidad y al darse cuenta de que hay algo que ella no sabe, decide poner rumbo al lejano país. Una vez en Guinea conoce a una serie de personas que conocieron a su padre y a su tío y con los que Clarence cogerá una especial amistad con ellos. En especial, con Laha, al que invitará a su pueblo oscense para que conozca a la familia. Es cuando todo empieza a aclararse, pero ni si quiera los que creen que saben algo, conocen la verdad. 

 

DE LOS FRIOS PIRINEOS A LA CÁLIDA GUINEA

Tengo una frase en un marcapáginas de Francis Croisset que dice: “La lectura es el viaje de los que no pueden tomar el tren”. . Y eso es totalmente cierto, sobre todo, para los que no viajamos prácticamente nada (y quién sabe si es lo mejor, ya que como en casa no se está en ningún sitio). Leer es una forma de conocer lugares, tanto si se viaja o no, ya que hay sitios a los que no vamos a ir en nuestra vida y sólo con lecturas ambientadas en ellos, los podemos conocer. Y muchas veces, sobre todo si la escritura nos cautiva, parece que los hubiéramos conocido “in situ”.

Gracias a Palmeras en la nieve, podemos adentrarnos en 2 lugares tan distantes como diferentes: el Pirineo aragonés y la Guinea Ecuatorial. Del primero (del que dicen que es el más bonito de los 3 Pirineos españoles) conocemos algo gracias a su explotación como turismo de invierno, pero es una zona de la península poco habitada que, precisamente, saltó a la fama porque unos solteros de un pueblo llamado Plan viendo las pocas mujeres que había, decidieron organizar una caravana de solteras. Y sí, alguna pareja salió. Todo esto lo digo porque con gran maestría la escritora nos habla tanto de su maravilloso paisaje como de su insoportable clima con inviernos donde casi no se puede salir a la calle. Un lugar del que ni si quiera sus propios habitantes se pueden acostumbrar del todo. Es ahí donde empieza el duro viaje de los hermanos Kilian y Jacobo, que deciden dejar su tierra para hacer dinero en las colonias españolas de África: Guinea, un país al que es difícil viajar así por así.

Guinea es el contrapunto de los valles oscenses: clima cálido, palmeras, mar, colorido. Pero, sobre todo, mucha libertad (de la que aquí se carecía en esos años).

 Fernando Poo, actual Bioko, donde se desarrolla la acción.

Dos países que representaban también 2 sociedades totalmente diferentes tanto en costumbres como en religión: Guinea es politeísta con una religión donde todo son espíritus que pululan por todos los lados. Eso traerá conflictos con los curas católicos que acudieron a las misiones para predicar su religión.

Hay un gran contraste, pero todos los españoles que estuvieron ahí acabaron adorando y haciendo como propio ese país que en parte fue nuestro. Por lo que no sólo es una historia para conocer ese lugar tan remoto, sino también para recordar una parte de nuestra historia reciente, pero que muchas veces parece muy olvida. La colonización creó muchos conflictos entre nativos y extraños y quién sabe cuales fueron las verdaderas razones para que todo acabara como acabó. Para unos fue una invasión, para otros una forma de civilizar a quienes todavía vivían en plena selva.

ESTILO Y ESTRUCUTURA DEL LIBRO

La novela empieza de un modo un tanto desconcertante: una narración de lo que parece una despedida con unos nombres que no nos suenan da nada. Es la típica novela que tienes que volver otra vez al principio cuando ya llevas leída bastante. En ella hay saltos en el tiempo: el primer capítulo es del presente y luego hay unos cuantos capítulos con el pasado. Esos capítulos son una forma de presentación de tanto de los personajes como del lugar en sí. En ese sentido, la historia transcurre sin más. No digo que no tenga interés, pero yo estaba deseando llegar al meollo de la cuestión, ya que se puede decir que no ocurre nada de particular. Con eso no quiero decir que me aburriera ni nada, pero si es cierto que no se puede decir que sea una narración con fuelle y fuerza y que quieres leer más y más.

Una vez puestas las cartas sobre la mesa, la historia tiene un crescendo y aumenta la acción y el interés, ya que vas poniendo todas piezas en orden como si fuera un puzzle que hay que resolver.

La narración está escrita de un modo culto donde abundan las descripciones tanto de los personajes como de los lugares donde se desarrolla la historia. Siempre que sale un personaje nuevo, la escritora hace una descripción física aunque sea breve. Los personajes están perfectamente definidos, aunque quizá haya alguno secundario que quede demasiado en el tintero (probablemente sea porque la escritora no lo consideró importante). 

 

OPINION PERSONAL

Aunque el libro tenga 700 y pico páginas no se me hizo en ningún momento pesado. Es una historia amena e interesante, que como dije antes hasta tiene un crescendo donde la historia toma forma y empiezas a poner las cosas en orden.

Se la puede clasificar dentro del género de novela histórica y es una buena forma de conocer una parte importante de nuestra historia reciente de la que no se habla demasiado. La colonización es controvertida y por eso la escritora pone las razones tanto de los que estaban ahí como de los que vinieron de fuera. Todos tienen razón y hay que entenderles.

También podemos conocer las costumbres de esa pequeña parte de África donde todo el que llegaba le enganchaba de tal manera que luego no quería volver. Un país con lluvias tropicales y excesivo calor que le hacía propicio para el cultivo del café y donde su colonización hizo que se desarrollase una gran industria de este producto (y bueno si os gusta el café como a mí, lo disfrutaréis el doble).

La autora está perfectamente documentada y además parte de su familia estuvo en Guinea en la época de la colonia. De todas formas muchos lugares son ficticios, como ya aclara al final del libro.

Personalmente de esta parte de la historia no conocía nada, ya que en mi entorno no hubo nadie que emigrara a Guinea. Desconozco si fueron sobre todo de una determinada región, pero el caso que es una emigración de la que oí hablar, pero muy lejanamente.

 

Lo cierto que parece que están de moda las novelas donde una mujer del presente descubre algún secreto de su pasado familiar (normalmente una carta) y tiene que descubrir qué pasó en su familia hace años en un lugar lejano y extraño. Sin embargo, son novelas muy interesantes y en este caso está conjugado perfectamente tanto el presente como el pasado y tanto la historia de su familia como el lugar y el tiempo donde se desarrollaban.

Como podréis comprobar, es un libro que me ha gustado muchísimo, que me lo bebí en unas cuantas sentadas y que siempre me quedará un buen sabor de boca (ya sólo sea porque habla del cultivo del delicioso café). Muy recomendable. 
 
Lectura facilitada por la Biblioteca Municipal de El Coto de Gijón.