Siempre que se aproxima el final del año en curso, vemos que los calendarios que tenemos en casa, están vacios y casi sin hojas. También notamos que la línea de puntos está llena de papelinos por donde fuimos cortando las hojas en cuestión que son los meses que fueron cayendo uno por uno.
Por eso, la llegada de un nuevo año, supone también la llegada de nuevos calendarios. Los hay de todo tipos y para todas las situaciones: algunos muy monos que quedan estupendos en el salón de casa, otros menos atractivos que son ideales para la cocina. Estos serían de esos de pared, pero también los hay de mesa (que tienen una espiral a modo de blog) y por supuesto, de bolsillo. En los calendarios vamos apuntando nuestras citas con el médico, con la pelu, con la esteticista para que nos deje monas y todas esas cosas que tenemos que hacer y que no queremos que se nos olviden. Y por supuesto, las mujeres debemos siempre tener uno a mano para apuntar nuestra cita mensual ya sabemos con quién… Vemos a través de ellos como pasa el año hoja por hoja y cómo, sin darnos cuenta, el año siguiente ya está a la vuelta.
Y siempre nos acordamos de esos negocios donde nos dan los imprescindibles almanaques para cada lugar de la casa: esa carnicería donde cada año nos regalan esos calendarios de mesa con fotos de lugares de España. A veces hasta pedimos más de uno: para la cocina, para la habitación de la nena y bueno, también para ese hijo que ya voló o para la cuñada que el año pasado lo vio en tu casa y te pidió que le trajeses para la siguiente vez (si no se atrevió a cogerte uno, viendo que te sobraban por toda las habitaciones). También los de los seguros donde tenemos asegurada la casa se acuerdan de mandarte uno de esos de colgar con imágenes de cuadros de pintores españoles de todos los tiempos. O esa casa de muebles donde compramos el sofá se acordó de uno enorme con fotos de playas españolas al atardecer. Esos serían los que podíamos llamar de Clase A, pero luego vendrían los de papel con una simple foto de un bodegón y con una especie de blog con 12 hojas pequeñas con la publicidad de Frutería Merce en la parte de arriba. Ya os decía al principio, que esos son muy propios para la cocina, donde hasta apuntamos la última frase de Belén Esteban si nos apetece.
Por supuesto, siempre caen los de bolsillo para llevar en la cartera. Esos, hasta los puedes coger del mostrador de una lencería donde acabas de comprar unos calcetines de lana para el invierno.
Este post quedaría perfecto, si no fuera por una cosa: debería haber hablado en pasado todo el tiempo. Porque este año… PRACTICAMENTE NINGUN NEGOCIO HA MANDADO CALENDARIOS. En mi casa quitando la carnicería (donde está claro que les sobran las perras) el resto de sitios donde recibíamos calendarios, no los tenían. Y bueno, la carnicería a la que hago referencia, se quedaron sin ellos en un santiamén, quizá porque hicieron un menor pedido o tuvieron una gran demanda debido a que la gente no encontraba más calendarios que los de ellos.
Según se acercaba 2012 veíamos que la asesoría no mandó el calendario. En la óptica dijeron que no los habían hecho. Los de los seguros reconocieron que no tenían ninguno ni los habían tenido.
Pensé que era la única (como siempre ocurre cuando algo no nos sale bien). Pero no. Una chica de mi facebook dio fe de ello en su muro y más de una allegado mío reconoció no tener ni un mísero calendario en la cocina…
¿QUE ESTÁ PASANDO? ¿ACASO HAY UNA HUELGA EN LAS IMPRENTAS? ¿ALGUIEN PIENSA QUE ES UNA MUESTRA DE QUE QUEREMOS VIVIR DEPRISA CON TANTA FECHA POR LA CASA? ¿O ES EL ORDENADOR Y LAS NUEVAS TECNOLOGIAS LAS QUE HACEN QUE YA NO NECESITEMOS ESOS PAPELES PARA SEÑALAR LOS DIAS?
No, está claro lo que es. Esa maldita palabra que ya lleva demasiado tiempo en boca de todos. Se llama CRISIS y está claro que a todos afecta. Ya ni el tiempo vamos a ver pasar. Quizá para que no señalemos los días que pasan sin que esto tenga solución.
Las fases lunares que no falten, ni tampoco el santoral para saber a quiénes podemos felicitar. Los domingos y festivos en rojo. Parece que va a ver menos festivos, para se produzca más. Quizá se puedan producir mas calendarios...
Jaja que gran verdad! A mi solo me han dado calendario en la optica y es de esos de esterilla ¬¬
ResponderEliminarUna entrada tremenda. Muchas veces los grandes males, empiezan a ser preocupantes cuando se notan incluso en los pequeños gestos.
ResponderEliminarBravo!
Besos
Pues es verdad que cada vez se regalan menos calendarios. A mi, para éste año, sólo me han regalado dos y otros años me salían hasta por las orenas. ¡Maldita crisis! Y eso que yo soy de las de agenda de papel de toda la vida y calendario de taco, precisamente para apuntar citas, eventos y demás.
ResponderEliminarUn beso.