lunes, 25 de junio de 2012

Reseña de La piscina (Yoko Ogawa)

  • Título: La piscina 
  • Autor: Yoko Ogawa
  • Editorial: Funambulista
  • Año de Publicación: 2012
  • Nº de Páginas: 104
  • ISBN:  978-84-939855-6-1




 
Yoko Ogawa se ha convertido de mi autora de cabecera. Es una escritora que descubrí el año pasado de forma casual en una biblioteca de mi ciudad y una vez que leí Perfume de hielo me empezó a picar la curiosidad por toda su obra. No se trata, pues, de una escritora a la que sigo gracias a los blogs y las redes sociales como es el caso de Kate Morton (de la que leí todo ya), sino que se debe a mi decisión propia por descubrir todo lo que escribe la escritora japonesa más leída de los últimos tiempos.

Pero que sea una de mis escritoras preferidas, no quiere decir que toda su obra me guste por igual ni mucho menos. En ese sentido, es una autora de sensaciones diferentes: hizo que La fórmula preferida del profesor me entusiasmara y se convirtiera en una de mis novelas favoritas (algo difícil para los que leemos asiduamente); sin embargo me dejó decepcionada con el final no aclarado de Perfume de hielo pero me sacó más de una sonrisa con La niña que iba en hipopótamo a la escuela. Y,  en cambio,  prefiero no hablar de El embarazo de mi hermana (que yo creo que nunca un libro me dejó tan mal cuerpo). Recientemente leí La residencia de estudiantes, que a más de una nos dejó plof. Pero lo cierto que con toda esta diversidad de sensaciones una cosa está clara: Yoko Ogawa sorprende y nunca deja indiferente. Y esto, en los tiempos que corren en la que la mayor parte de las novelas son todas iguales, es de agradecer. Es una escritora que aunque tiene unas pautas establecidas como los personajes frikis o las estancias misteriosas y puede parecer que se repite una vez más, lo cierto que todas sus novelas son distintas unas de otras. Tan distintas y tan iguales a la vez.





En parte puede compararse con Pedro Almodóvar, director al que sigo (a pesar de no ser cinéfila) pero que no siempre me deja satisfecha. Aún así, procuro verlo todo de él. Sus películas tienen un sello inconfundible, pero lo mismo que me entusiasmó Volver, me parece que Pepi, Luci, Bom… es para echar a correr (por mucho que se le quiera ver cierta gracia a esa película). Son de estos creadores que aunque no siempre te convenzan no puedes estar sin ellos.


 
Por eso en cuanto la Editorial Funambulista me habló de esta novela, no me lo pensé 2 veces. Además, eso de la piscina me retrotrae a los veranos de mi infancia, que cuando estaba sin playa, se convertía en un sustituto perfecto para paliar el calor sofocante de la meseta. Me encanta el olor a cloro, los chapuzones… Pero ya os digo que esta piscina está lejos de esos lugares donde nos tumbamos con la toalla en el césped después de un buen chapuzón. Esta piscina es otra cosa.





ARGUMENTO: 

Aya es una niña que vive en el orfanato que regentan sus padres. Su estancia es tediosa ya que sus progenitores están más preocupados en atender el lugar que en hacerle caso a ella. Se siente sola y, en parte, hasta huérfana como sus compañeros. Todos pertenecen a familia desarraigadas como su compañera de habitación o Jun, un joven que practica saltos de trampolín. De este modo, el único entretenimiento de Aya es ver todas las tardes a Jun tirándose a la piscina desde la plataforma. Le gustan sus saltos que da para meterse en la piscina y, por supuesto, le gusta él. Desde una grada, casi escondida lo observa practicando ese deporte. Mientras, se entretiene con los otros niños del orfanato, pero con juegos y aficiones un tanto especiales. 

 
OPINION PERSONAL:

Esta historia pertenece a un subgénero que parece típico en las novelas de Yoko Ogawa: relato corto con final desconcertante. Quizá esté en la línea  más bien de El embarazo de mi hermana, porque aquí el final también queda claro, aunque tengas que mirar unas páginas atrás por si se te pasó algo. Tengo que decir que la historia me resultó aburrida en parte, sin mucho aliciente y con ganas de saber si el final me iba a sorprender o no. Por eso cuando llegas, casi te quedas un poco sin saber qué decir. ¿Es una buena historia? ¿Algo no entendí? Y bueno, queda todo bien claro, pero sin sobresaltos. Es el final justo y sacando conclusiones de cómo es en realidad Aya.

Aya es la narradora de la historia y casi sabemos su nombre de casualidad, ya que hasta casi al final, no aparece cómo se llama. Este elemento también es muy común en los libros de la japonesa, pero aquí, prácticamente sabemos cómo se llama todo el mundo. Y como ocurre en sus otras novelas hay pocos personajes y la acción se desarrolla en pocos espacios: el orfanato y la piscina. No se puede decir que haya ningún misterio en ellos, pero el hecho de que un sea un orfanato con niños sin familias da un toque triste a la historia, lógicamente.

También Aya es el personaje más elaborado y la que nos trasmite todas las sensaciones de la historia. Me ha resultado una niña de malos instintos y en parte con un halo de misterio, pero con esos juegos que hace con un bebé de apenas 1 año, te da la impresión de que muy bien de la cabeza no debe andar. Aya no me ha gustado nada, me ha parecido mala persona y ni si quiera su amor platónico con Jun me ha resultado enternecedor. Más bien da la sensación de que es más una manía que otra cosa.

Nuevamente el deporte está presente en la historia. Tengo que decir que cuando empiezo una novela de esta escritora me preguntó qué deporte habrá en ella (que ya casi me parece más importante que el argumento de la misma). Además son deportes minoritarios en nuestro país (o en algún caso prácticamente inexistente como el béisbol). Esta vez le toca el turno a los saltos de trampolín, deporte que suelo ver en las olimpiadas. Me encantan esos dibujos que hace el saltador para entrar en el agua: carpas, tirabuzones, volteretas… Pero, ya os digo, es un deporte que se suele seguir cada cita olímpica que es cada 4 años. Este lo veré, seguro y seguro que me acordaré de este libro.




Pero bueno, es prácticamente de lo que me acordaré: de los saltos de trampolín. Porque por lo demás, es un libro que no me ha aportado nada y me ha parecido una historia sin más, con un personaje malo con el que no empaticé en absoluto. Sin embargo, Jun si me cayó bien, ya que al menos le dijo lo que pensaba de ella. 

Quizá con más páginas hubiera estado mejor, ya que reconozco que es difícil condensar una novela en tan poco espacio. Tiene más mérito, obviamente, pero quizá sea mejor para los lectores, historias más trabajadas, ya que tampoco es a veces cierto lo de “lo breve si bueno, dos veces bueno”

En cuanto a la forma en que está escrito, nos encontramos con una narración minimalista muy típica de la escritora, donde no hay casi descripciones y donde se dice lo justo. Es una narración difícil y tengo que decir que Yoko Ogawa siempre logra una gran narración. Sin embargo, aquí el fondo falla y la historia quizá tendría que tener más páginas, ya que me ha dado la sensación de no ser más que la vida de una niña rarita que se entretiene viendo cómo un chavalín salta en una piscina. Y con la que hay tener mucho cuidado. 


CONCLUSION:

No nos encontramos con la mejor novela de Yoko Ogawa precisamente, por lo que sólo lo recomiendo si ya leíste algo de ella y sobre todo, si lo quieres leer todo de Yoko. Es una historia sin más que tampoco te dejará huella.

7 comentarios:

  1. Reconozco que no es la mejor novela de Ogawa, ni mucho menos, pero al menos he medio-entendido el final (no como con La residencia de estudiantes, en la que parece que no me entere de nada). Sin embargo, a mi Aya no me ha caido del todo mal, y hasta me ha dado pena ¿Pero que tipo de padres inveden su casa y tratan a su hija como uno mas de los huerfanos? No me extraña que este un poco tarada. Por supuesto, seguire leyendo todo lo que caiga en mis manos de esta autora, de la que ya poco me queda. ¿Has leido Hotel Iris? Me parece que lo tienen en alguna biblioteca de Gijon, pero ahora mismo no recuerdo en cual. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, el blog haciendo de las suyas, ya que estaba programada la entrada para mañana por la mañana. Hotel Iris está en la biblioteca de El Llano. Y bueno, Aya me cayó mal por las cosas que a Rie, no sé muy buena no me pareció.

      Eliminar
  2. Me gusta esta autora, pero me parece que esta obra tardará en caer, que por ahora no he leído ninguna reseña positiva. Y tengo más obras de la autora pendientes.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  3. Pasa, ¡Ya lo creo! El que tu escritor favorito te decepcione de vez en cuando, aunque como dices, nos da igual. No me había fijado en el detalle de los deportes, es verdad, sí pace que introduce uno diferente y minoritario en cada uno de los libros.
    Pues yo tengo ganas de leer el del embarazo, que tan diferente parece ser al de la fórmula preferida del profesor, me apetece ver ese cambio :S

    ResponderEliminar
  4. A pesar de lo que cuentas me interesa, quiero leer todo lo que pueda de la autora, me parece muy original en los temas que plantea. Bsos

    ResponderEliminar
  5. Yo no me he estrenado con la autora, pero entre todos ya me ha picado la curiosidad, así que tengo un par de obras suyas apuntadas, entre las que estaba ésta, pero por lo que dices no creo que tenga que empezar por aquí.
    1beso:)

    ResponderEliminar
  6. Éste lo tengo en casa, y espero leerlo pronto. Ya os contaré.

    bsos!

    ResponderEliminar

¡Hola! Sin tus comentarios este blog no es nada, pero sólo aceptaré comentarios relacionados con la entrada. Para poneros en contacto conmigo, tenéis el e-mail al lado derecho del blog. ¡Muchas gracias!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...