Si algo me llamaba la atención del trabajo de cajera es por el uniforme. Recuerdo cuando abrieron el Hipercor, que me encantaba ver a las dependientas tan monas ellas, con su falda y su camisa a juego (y a veces su chaqueta). Tuvieron muchos, así que cada vez que iba me gustaba ver cómo era el nuevo. Los hubo de todos los colores y estilos. Y además, como las veía tan maquilladas y repeinadas, soñaba con ser una "chica hipercor". Así, como suena. Todas soñando ser "chicas Almodóvar" y yo no; yo "chica hipercor" (así que este post se tenía que llamar más bien "Yo quiero ser una chica Hipercor").
Y mira que odiaba el uniforme cuando iba a las monjas.... pero luego, me gustaba verlos en los trabajos. Lo llevé en muchos y me parece muy cómodo (eso sí, con pantalón). Lo cierto es que la gente, luego no te conoce por la calle (a mi también me pasa como clienta). Quizá pensemos que la gente de uniforme no tiene vida más allá de su trabajo...
La única vez que he tenido que llevar uniforme fue en mi época McDonald´s, y no lo recuerdo con demasiada estima. Eso sí, cuando estuve de recepcionista deseaba tener que llevarlo, y casualmente fue así nada más promocionar a otro departamento...
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