lunes, 31 de agosto de 2015

Canción para hoy: Mil calles llevan hacía ti-La Guardia

Hoy os traigo una de mis canciones preferidas de cuando tenía 14 años o así. La canción se llama Mil calles llevan hacia ti y la canta un grupo granadino llamado La Guardia. Recuerdo que la canción venía en una cinta que regalaban en el Súper-Pop. 

Es una canción que ya es un clásico en los éxitos de los 80. Espero que os guste. 




Mil calles llevan hacia ti 
y no sé cuál he de seguir 
no tengo tiempo que perder 
y ya se va el último tren 

quizás mostrándote una flor, 
o hacer que pierdas el timón, 
poner tu nombre en la pared 
o amarte en cada atardecer 

puedo perderme en el alcohol 
y dibujar un corazón, 
fingir que existe alguien más 
que ahora ocupa tu lugar 

si quieres hoy puedes venir, 
hay una fiesta para ti 
a tu ventana treparé 
si no la cierras esta vez 

ese perfume de mujer 
me llevará hasta donde estés, 
en una oscura habitación 
o a la guarida del león 

puedo perderme en el alcohol 
y dibujar un corazón, 
fingir que existe alguien más 
que ahora ocupa tu lugar 

mil calles llevan hacia ti 
y sé que tengo que elegir 
mil calles llevan hacia ti 
di qué camino he de seguir 

puedo perderme en el alcohol 
y dibujar un corazón, 
fingir que existe alguien más 
que ahora ocupa tu lugar 

mil calles llevan hacia ti 
y sé que tengo que elegir 
mil calles llevan hacia ti 
di qué camino he de seguir

sábado, 29 de agosto de 2015

Sorteo de 4 ejemplares de Lo que no te mata te hace más fuerte




En el blog Los libros más recomendados se sortean 4 ejemplares de Lo que no te mata te hace más fuerte, la cuarta parte de la saga Millenium. El plazo acaba el 31 de agosto y las bases las tenéis AQUI

miércoles, 26 de agosto de 2015

Reseña: La chica del tren-Paula Hawkins



Título: La chica del tren
Autor: Paula Hawkins
Nº de Páginas: 496
Editorial: Planeta
Año de edición: 2015
ISBN: 9788408141471



SINOPSIS DE LA EDITORIAL: 

¿Estabas en el tren de las 8.04? ¿Viste algo sospechoso? Rachel, sí.

Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas? y la misma parada en la señal roja.

Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?

Tú no la conoces. Ella a ti, sí.


PAULA HAWKINS, EL AUTOR: 

Nacida y criada en Zimbabue, Paula Hawkins se mudó a Londres en 1989, lugar en el que reside desde entonces. Ha trabajado como periodista durante más de quince años, colaborando con una gran variedad de publicaciones y medios de comunicación.


IMPRESIONES: 

Estoy aquí con el libro del que todo el mundo habla: La chica del tren. Aunque suelo leer prácticamente todas las novelas que arrasan cada temporada, tenía mis temores hacía ella ya que las opiniones que leí o la ponían por las nubes o más bien decían que era aburrida y mediocre.

Encima en el libro aparecen comentarios de usuarios que decían cosas como “había momentos en los que no podía leer lo bastante deprisa” o “ se ha adueñado totalmente de mi vida”. Frases así te pueden animar pero también te puedes llevar una decepción si vas con las expectativas demasiado altas.  

Así las cosas, empecé con bastante escepticismo pero me enganché a su lectura sobremanera desde la primera línea y se convirtió en un libro que no podía dejar de leerlo hasta que lo acabé. Vamos, que me ha encantado y le voy a dar la máxima puntuación. 

Todo empieza con Rachel, una chica que coge un tren para ir a Londres a trabajar todos las mañanas. Por el camino pasa por el barrio donde vivió felizmente con Tom hasta que se separó. Precisamente, el tren hace siempre una parada delante de una casa que está muy cerca de su antigua vivienda. Desde la ventanilla, ve en la terraza a una pareja que Rachel se imagina que viven felices y a quienes bautiza con los nombres de Jess y Jason.




Un día Rachel ve algo que no consigue recordar, ya que Rachel bebe y esto le produce problemas en su memoria, de tal forma que sólo recuerda sensaciones y no el hecho en concreto. Un día la chica que vive en esa casa, y que para ella es Jess, desaparece; así que Rachel empieza a sospechar si ella no sería testigo de lo que a esa chica le pudo pasar.

La narración no corre a cargo de un narrador omnisciente si no que le hace diferente a La chica del tren es que esté narrada por las 3 protagonistas femeninas: Rachel, Megan y Anna. Esta última se incorpora hacía la mitad del libro más o menos. Las 3 nos cuentan los hechos en primera persona y así se va tejiendo la historia y poco a poco vemos los entresijos que hay detrás y que en principio no podremos imaginar. A mí me enganchó enseguida, ya os lo dije, aunque según leo en otras opiniones, normalmente la gente tarda un poco más, así que tranquilidad y paciencia si veis que el comienzo es algo lento y poco interesante. Para mí el punto fuerte de La chica del tren está en esta peculiar narración a 3 voces y que de haber estado contada a través de un narrador omnisciente no hubiera tenido ni la mitad del éxito. No, La chica del tren tiene que estar contada así. Además, no sé a vosotros, pero encanta leer hechos desde diferentes puntos de vista, así que con esta novela he disfrutado como la que más.  

Los capítulos se alternan según sus narradoras. Rachel quizá sea la protagonista principal, pero luego las otras 2 también van cogiendo su protagonismo.

El planteamiento gira en torno de una desaparición de una mujer. No está claro si se ha ido por voluntad propia o si alguien le ha hecho algo malo pero poco vamos conociendo su vida y empezamos a sospechar de todo el mundo, ya que en principio todos los personajes son sospechosos, tanto las narradoras (Rachel, Megan y Anna) como Tom, ex marido de Rachel y actual marido de Anna, Scott, marido de Megan y Kamal, el psicólogo que la atiende a ella. Una cosa que agradecí mucho es que no apareciera un culpable de no se sabe dónde y que entre los sospechosos estuviera el culpable. Y es el lector el que a través de la lectura y de los personajes como se entera del desenlace.  

La narración no puede ser más absorbente y la escritora logra mantener la tensión todo el tiempo. Y eso que no es la típica novela con ritmo vertiginoso, pero a través de las 3 narradoras y a modo de diario, el lector se mete dentro de la historia y quiere saber más y más. Es el típico libro que lo lees de un tirón y que no es para ratos muertos o para leer unos cuantos capítulos antes de dormir y coger un poco el sueño. No, ya te digo que te va a dejar sin querer dormir, así que tú mismo. Recuerdo que lo tuve que dejar casi al final durante unas horas y casi me da algo.  

CONCLUSION:  

No me canso de decir que el libro me ha entusiasmado y que está más que justificado su éxito. Sin tener las características de los “page-turner”, La chica del tren se convierte en un libro adictivo que no puedes dejar de leer en ningún momento. Que hay gente que no opine así, no digo nada, ya que sobre gustos no hay nada escrito y sí, quizá debido a su peculiar narración, no consiga atraer a todo el mundo por igual. Evidentemente yo no puedo dejar de recomendarlo, así que por probar que no quede. Así que, por lo menos dale una oportunidad. MUY RECOMENDABLE.  






lunes, 24 de agosto de 2015

Canción para hoy: Sugar-Maroon 5

Hoy os pongo una canción que últimamente no me puedo quitar de la cabeza. La escuché hace poco en Madrileños por el mundo (Arizona, donde tengo familia) y a partir de entonces la escuché por la radio y no paré hasta que pude dar con el grupo que la canta (ya sabéis, poner el Shazam y ya está). 

Resulta que son los Maroon 5 y en el vídeo-clip el grupo se dedican a sorprender a parejas de novios que se acaban de casar. Parece todo muy real pero en realidad son montajes y las parejas no son si no actores. 

En cuanto al grupo, las que leísteis la saga de Valeria recordaréis que una de las chicas (no recuerdo cuál) está enamorada de uno de sus miembros. Bueno, ya no sé si era en Valeria o en Silvia, pero sé que había un personaje que tenía verdadera fijación por este músico (que tampoco recuerdo muy bien si era el cantante o era otro). Os agradecería que me sacaseis de mi duda. 

Espero que os guste la canción como a mí. 



I'm hurting, baby, I'm broken down
I need your loving, loving
I need it now
When I'm without you
I'm something weak
You got me begging, begging
I'm on my knees

[Pre-Chorus:]
I don't wanna be needing your love
I just wanna be deep in your love
And it's killing me when you're away, ooh, baby,
'Cause I really don't care where you are
I just wanna be there where you are
And I gotta get one little taste

[Chorus:]
Your sugar
Yes, please
Won't you come and put it down on me?
I'm right here, 'cause I need
Little love, a little sympathy
Yeah, you show me good loving
Make it alright
Need a little sweetness in my life
Your sugar
Yes, please
Won't you come and put it down on me?

My broken pieces
You pick them up
Don't leave me hanging, hanging
Come give me some
When I'm without ya
I'm so insecure
You are the one thing, one thing
I'm living for

[Pre-Chorus:]
I don't wanna be needing your love
I just wanna be deep in your love
And it's killing me when you're away, ooh, baby,
'Cause I really don't care where you are
I just wanna be there where you are
And I gotta get one little taste

[Chorus:]
Your sugar
Yes, please
Won't you come and put it down on me?
I'm right here,
'Cause I need
Little love, a little sympathy
Yeah, you show me good loving
Make it alright
Need a little sweetness in my life
Your sugar! (sugar!)
Yes, please (yes, please)
Won't you come and put it down on me?

Yeah
I want that red velvet
I want that sugar sweet
Don't let nobody touch it
Unless that somebody's me
I gotta be your man
There ain't no other way
'Cause girl you're hotter than a southern California day

I don't wanna play no games
You don't gotta be afraid
Don't give me all that shy shit
No make-up on
That's my

[Chorus:]
Sugar
Yes, please (please)
Won't you come and put it down on me (down on me)?
I'm right here (right here), 'cause I need ('cause I need)
Little love, a little sympathy
So, baby, (yeah) you show me good loving
Make it alright
Need a little sweetness in my life
Your sugar! (sugar!)
Yes, please (yes, please)
Won't you come and put it down on me?

[Chorus:]
Sugar
Yes, please
Won't you come and put it down on me?
I'm right here, 'cause I need
Little love, a little sympathy
Yeah, you show me good loving
Make it alright
Need a little sweetness in my life

Your sugar! (sugar!)
Yes, please (yes, please)
Won't you come and put it down on me? (down on me, down on me)

viernes, 21 de agosto de 2015

Reseña: Apaches-Miguel Sáez Carral




Título: Apaches
Autor: Miguel Sáez Carral
Editorial: Planeta
Nº de Páginas: 640
ISBN: 9788408124702
Año de edición: 2014




SINOPSIS DE LA EDITORIAL: 


En esta novela suceden acontecimientos que uno jamás querría protagonizar, pero están basados en hechos reales. Su lectura es hipnótica. Su factura excelente, su historia increíble.La familia de Miguel sufre un revés inesperado: después de la muerte de su madre, el padre pierde el control de su vida y es estafado por sus socios. En un intento por salvar la economía familiar, se endeuda hasta llevar a todos los miembros a una situación límite en la que pierden la casa, ven embargadas sus nóminas y la cárcel se abre ante sus ojos como un horizonte real. Desesperado, Miguel decide salvar a los suyos aunque le cueste la vida, tal y como le enseñó su padre. Vuelve al barrio en el que nació y, junto a su amigo Sastre, se sumerge en una espiral de robos, asaltos y asesinatos. Cuando todo cobra un nuevo orden, aparece Carol, la amante del amo del barrio, la mujer de la que se enamora y pone en peligro todo aquello por lo que Miguel ha luchado.



MIGUEL SÁEZ CARRAL, EL AUTOR: 


Miguel Sáez Carral nace en Madrid en 1968. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, inició su carrera como redactor de la agencia Efe para trabajar después en otros medios de comunicación. Abandona más tarde el periodismo para dedicarse a la creación de guiones. Guionista de media docena de series de éxito, además ha sido jefe de guion de Al salir de clase, responsable de la adaptación, jefe de guion y argumento de Sin tetas no hay paraíso y creador de Homicidios. Con su labor ha ganado todos los premios de su profesión, entre ellos el TP de Oro y el Ondas.







IMPRESIONES: 


Recuerdo que cuando salió este libro el año pasado no me llamaba la atención, pero como todas las reseñas que leía lo ponían bastante bien, decidí que le tenía que hacer un hueco.

Así que aprovechando que este otoño van a estrenar en Antena 3 la serie basada en esta novela, me decidí a leerlo este verano. Y el resultado no ha podido ser mejor, ya que me ha encantado y no lo he podido dejar de leer en ningún momento.

Y es que Apaches tiene una trama de esas que te engancha desde la primera línea y está escrito de tal manera que no puedes abandonar su lectura. Quieres saber más y más. Y, por supuesto, no se hace pesado en ningún momento, algo que es de agradecer. Durante su lectura te metes de lleno en la historia y la vives casi como si fuera la tuya propia. En ella encontramos situaciones y personajes con los que nos sentiremos muy identificados. Además, al fin y al cabo está ambientada en la España de los 90 y eso nos ayuda a que todo lo que leamos nos parezca muy cercano.

Todo empieza con la muerte de la madre de Miguel, una mujer que se había dedicado por completo al cuidado de su marido y sus 3 hijos. A continuación el padre cae en una profunda depresión y encima descubre que le han estafado por todos los lados y que tiene deudas a raudales. Todo un cúmulo de desgracias para una familia trabajadora que a partir de ese momento ve peligrar todo en su vida.

Un punto fuerte de la novela es el hecho de que está escrita en primera persona a través de Miguel, un joven periodista que vive feliz con su novia pero que debido a la difícil situación que atraviesa su familia, decide dejarlo todo y volver a su barrio de siempre junto a su padre. Esta narración nos hace empatizar con todo lo que sucede a su alrededor y comprender muchas cosas que en principio pueden parecer incomprensibles.

En esta novela no hay buenos ni malos y los que son malos hasta nos pueden parecer buenos. Lo cierto, que a través de historias como estas, podemos entender cómo cualquier persona puede caer en la parte peor de la sociedad.  

Miguel es un personaje perfectamente dibujado con el que empatizado (y simpatizado) hasta la saciedad. Para Miguel su familia está por encima de todo y por ese motivo es capaz de cualquier cosa.  

Así Miguel vuelve donde están sus raíces y se reencuentra con sus amistades de siempre. Unas amistades poco recomendables pero que se unirán con él para que recomponga su vida. Quizá no sea la mejor forma, pero para ellos es la más fácil y la más justa. Miguel es un personaje que evoluciona a lo largo de la novela de una manera asombrosa e impredecible. Trabaja en una agencia de noticias donde llega el momento que la noticia puede ser él.  

Considero que Apaches es una novela de personajes, pero también de acción, no vayáis a pensar. Junto a Miguel, está su mejor amigo de la infancia: Sastre, un chico que al contrario que Miguel no tuvo una infancia tan feliz como él. Es el típico malo de barrio de esos que se meten en todo tipo de líos pero que a la vez tienen un corazón de oro. Sastre, al ver la de favores que le debe, decide ayudarlo en todo lo que necesite. Es un personaje que me ha gustado mucho (yo diría que el que más) y que vi que tenía muy claro el concepto de amistad; una amistad que puede llegar hasta límites insospechados. Ya os hablaré de esto, pero me da que en la serie va a dar más que hablar que el propio Miguel.


Otro personajes muy importante es Carol, el amor de la infancia de Miguel y que fue la culpable en cierto modo del alejamiento entre Sastre y él. Hace tiempo que había desaparecido de su vida y ahora está liada con el que se puede decir que es el “puto amo” del barrio (no me gusta decir tacos pero creo que a veces es imprescindible utilizarlos). Por este motivo, todos sus planes se pueden estropear y venirse abajo. Carol es un personaje que me ha encantado y que evoluciona considerablemente a lo largo de la novela.

Otros personajes que aparecen son el padre de Miguel, un hombre abatido por el destino que ha tomado su vida y que no sabe ni qué hacer viendo en lo que está cayendo su hijo (al que adora). También su hermana mayor Teresa (con una vida perfecta y que no ve con buenos ojos en lo que anda metido su hermano) y Vicky, la pequeña y que sólo quiere que su familia se lleve bien. Y, por supuesto, la banda de Miguel con la que seremos cómplices de sus planes que quieren llevar a cabo.

Pero junto con todos estos personajes hay uno que es imprescindible y es el barrio donde se desarrolla la acción. Se trata del madrileño barrio de Tetuán; un barrio obrero situado al norte de Madrid. Sus casas, sus vecinos, el mercado, el colegio, sus calles... el escritor nos adentra en la vida de barrio y poco a poco parece que lo conocemos de toda la vida. Además, los que pasamos la infancia en los 80 en barrios parecidos a éste, nos sentiremos totalmente identificados con él. Todos veremos algo ahí del que fue nuestro barrio como el bar donde se junta la gente o los vecinos que se acodan en la terraza cuando llega la “pasma”. El barrio no es un escenario sino un personaje en si mismo.  



Como os decía, aunque es una novela donde los personajes son de suma relevancia para el desarrollo de la misma, la historia en sí también es imprescindible. Se trata de una historia dura, dramática por momentos, pero que el autor no pretende sacar la lágrima al lector sino que está narrada de una manera optimista donde los protagonistas se ven envueltos en una trama de la que quieren salir como sea y donde prima la ley del más fuerte.  

Apaches es un libro que se lee prácticamente solo y que no puedes dejar de leer una vez te adentras en él. Está escrito de una manera fluida y es todo muy visual (era evidente su adaptación televisiva). En la última parte el autor da un giro inesperado a la historia y cuando crees que ya no puede ocurrir nada más, resulta que todavía queda algo muy importante que contar (y que no te esperas para nada). El final para mí fue totalmente imprevisible y pensaba que iba a acabar todo de otra manera. Parece que la novela está basada en hechos reales, así que supongo que tendría que ser así (aunque podáis haber acabo de otra forma).  

Este otoño se va a estrenar la serie en Antena 3. Va a ser una serie de 12 capítulos protagonizada por Alberto Amman en el papel de Miguel. Muchos lo veríais en Celda 211, sobre todo (una película que tuvo mucho éxito hace unos años). Junto a él está Eloy Azorín como Sastre. Este actor me encanta y es ya un imprescindible en las series de Antena 3. Por eso os decía que seguramente va a dar más que hablar que el protagonista, ya que Eloy Azorín es de esos actores que no pasan desapercibidos y Sastre es un personaje con muchos matices y que no se le puede catalogar como secundario en ningún momento.  


También participarán Verónica Echegui como Carol, Lucía Jiménez como Teresa o Paco Tous como El Chatarrero (que no hablé de él durante la reseña pero que tendrá un papel de vital importancia a lo largo de la novela). La verdad que tengo plena confianza en la serie y estoy muy convencida de que va a gustar y que no va a decepcionar a nadie.  

CONCLUSION:  

Creo que es evidente que la novela me ha gustado mucho. Me ha parecido una historia totalmente real, con unos personajes perfectamente descritos y con una trama que no decae en ningún momento. Por todo ello, le voy a dar la máxima puntuación y os la recomiendo ciegamente (no creo que os defraude). IMPRESCINDIBLE.  


lunes, 17 de agosto de 2015

Canción para hoy: La Flaca-Jarabe de Palo

Para hoy una canción que sonó durante el verano de 1997 y que fue un auténtico exitazo. El grupo se hacía llamar Jarabe de Palo y la canción trataba de una chica bastante delgada, de esas que nunca engordan y que le vuelve loquito al cantante (Pau Donés). 

A partir de entonces, el grupo empezó a hacerse un hueco en el panorama musical. De ellos se dice que lo cantan todo igual, pero bueno, tienen algo que gusta. A mí me encantan, ya os lo digo. 



En la vida conocí mujer 
igual a la flaca 
Coral negro de La Habana 
tremendísima mulata 

Cien libras de piel y hueso 
40 kilos de salsa 
y en la cara dos soles 
que sin palabras hablan. 
que sin palabras hablan. 

La flaca duerme de día 
dice que así el hambre engaña 
cuando cae la noche 
baja a bailar a la Tasca 

Y bailar y bailar 
y tomar y tomar 
una cerveza tras otra 
pero ella nunca engorda, 
pero ella nunca engorda. 

Por un beso de la flaca 
daría lo que fuera 
por un beso de ella 
aunque sólo uno fuera. 
Por un beso de la flaca 
daría lo que fuera 
por un beso de ella 
aunque sólo uno fuera. 
Aunque sólo uno fuera. 

Mojé mis sábanas blancas 
como dice la canción 
recordando las caricias 
que me brindó el primer día 

Y enloquezco de ganas de 
dormir a su ladito 
¡Porque Dios que esta flaca a 
mí me tiene loquito! 
A mí me tiene loquito. 

Por un beso de la flaca 
yo daría lo que fuera 
por un beso de ella 
aunque sólo uno fuera. 
Por un beso de la flaca 
yo daría lo que fuera 
por un beso de ella 
aunque sólo uno fuera. 

Aunque sólo uno fuera. 
Aunque sólo uno fuera. 
Aunque sólo uno fuera. 
Aunque sólo uno fuera. 
Aunque sólo uno fuera. 
Aunque sólo uno fuera.

viernes, 14 de agosto de 2015

Reseña: El paciente impaciente y otras anécdotas de la Boticaria García-Marián García



Título: El paciente impaciente y otras anécdotas de la Boticaria García
Autor: Marián García
Editorial: La esfera de los libros
Año de publicación: 2015
Nº de páginas: 376
ISBN: 9788490602973


SINOPSIS DE LA EDITORIAL: 


«Deme mis pastillas de la tensión, esas que son blancas y redondas». «¿Usted cree que si me tomo una copita de orujo con estas píldoras tendré muchos efectos perversos?». «Anda bonita, si no tienes ningún termómetro empezado sácame uno nuevo y de aquí a un rato te lo devuelvo impecable».


Sí, créaselo. Estas son solo algunas de las frases habituales que pueden escucharse en la farmacia de la Boticaria García. Reales como la vida misma y pronunciadas por personajes tan peculiares como el Paciente Cotilla, el Paciente con Dentadura Postiza, la Madre Primeriza, la Paciente Beauty, el Niño de los Recados… ¡Todos ellos creyendo que siempre tienen razón! Y al otro lado del mostrador, encomendándose al Santo Job para poder atenderles como se merecen, elFarma-rural, la Farmapija, el Farmahierbas, el Farmatuitero…

En este divertidísimo libro su autora, Marián García —conocida como Boticaria García tras el éxito de su blog, con más de 200.000 visitas mensuales—, ha recopilado las anécdotas más disparatadas para ofrecer a los lectores una radiografía de la parroquia que desfila por las farmacias españolas. Una visión de los usos y costumbres de esa clientela que da patadas al vademécum pero, eso sí, alegra los días de quienes trabajan de cara al público.

MARIAN GARCIA, LA AUTORA: 

Marián García creció en la rebotica de una farmacia manchega donde no solo aprendió a andar, sino también los entresijos de una profesión que acabaría convirtiendo en la suya propia. Podría decirse que es boticaria desde la cuna, pero decidió darle un toque oficial pasando unos años por la Complutense, de donde salió como licenciada en Farmacia y doctora en Nutrición.

Entre sus aficiones, además de matricularse compulsivamente en la universidad (también estudió el grado de Nutrición Humana y Dietética y la diplomatura de Óptica y Optometría), siempre ha estado la de escribir. Empezó el blog Boticaria García para aunar afición y profesión y, de paso, intentar ganar alguna batalla al Doctor Google haciendo divulgación sanitaria de forma amena y sencilla.

Este libro recoge algunas de las disparatadas situaciones que la autora ha ido encontrando al otro lado del mostrador, tanto en la farmacia rural de Cuenca, donde pasó largos años, como en la actual, a pocos kilómetros de Madrid.







IMPRESIONES: 


La farmacia es, sin darnos cuenta, un lugar en el que pasamos buena parte de nuestra vida. Es más; estamos ahí incluso antes de nacer, ya que nuestras madres tienen que pasar por una farmacia para hacerse el test de embarazo y durante el mismo empiezan a ser asiduas a este establecimiento. 

Y no digo nada, cuando nacemos... Que si los biberones, las papillas, los chupetes... Y luego los jarabes y las inyecciones... Todas las familias necesitan una farmacia cerca de su casa y todos tenemos una farmacia de referencia y de confianza donde compramos los medicamentos que nos manda el médico cuando estamos malitos. O bueno, muchas veces ni pasamos por la consulta de nuestro doctor de cabecera y si nuestra dolencia no es muy grave, vamos directamente a hablar con nuestra boticaria particular para que nos de algo que nos alivie (y cure). Algo para lo que no haga falta receta, claro. 




Si hacemos cuentas, en la farmacia estamos siempre y si nuestros padres fueron antes de que naciéramos, luego nos puede tocar a nosotros ir alguna vez por lo mismo... Es un bucle, ya veis. 


Por este motivo, la farmacia se convierte en un lugar donde se concentra gente de muy diversas edades y situaciones, lo que da lugar a infinitas anécdotas y vivencias de todo tipo. Bueno, qué digo “gente de muy diversas edades y situaciones”, en realidad ahí se concentra todo el mundo, desde bebés a ancianos, pasando por adolescentes y padres de familia. Cada uno con unas necesidades distintas, obviamente. 

A mí la farmacia es un sitio que siempre me llamó la atención e incluso estuve pensando en estudiar para trabajar en estos establecimientos, pero al final me decanté por otros estudios. Y en plena decisión acerca de que podría estudiar, apareció este libro que habla de las anécdotas reales que ocurrieron en una farmacia (primero rural y luego de barrio). Y es que si se trabaja al otro lado del mostrador, uno se puede encontrar de todo y si es en una farmacia, ya os podéis imaginar... Por cierto, el hecho de que al final no quise terminar trabajando en una farmacia, no tuvo nada que ver con la lectura del libro. Es más, si estáis pensando en estudiar algo relacionado con farmacia (ya sea la carrera o el módulo), este libro debería ser obligatorio. Comencemos a hablar de él... 

El libro comienza con una introducción en la que la autora se nos presenta diciendo que está ahí “por obra y gracia del orden alfabético”, ya que sus padres cuando estudiaban Farmacia tenían que sentarse juntos en el laboratorio debido a sus apellidos. Y así surgió el amor, que les llevó a abrir una Farmacia rural en un pueblo de Cuenca donde ella nació. Así que su destino estuvo claro siempre: tenía que estudiar Farmacia (una carrera donde abundan las mujeres. Y si no fijaos la de pocos farmacéuticos hombres que hay). 



Marián García, la autora, se puede decir que ha mamado la vida de una Farmacia, así que os podéis imaginar lo que ha tenido que ver y escuchar esta mujer estando detrás de un mostrador de este imprescindible negocio.

Lo primero que encontramos en una buena selección de los tipos de pacientes que entran por su farmacia. Esta peculiar clasificación ocupa casi todo el libro y en ella aparecen gente como la madre primeriza o el paciente enamorado (ese que entra porque le gusta una de las dependientas y no se atreve a decírselo). 

Nunca falta tampoco el paciente pedigüeño que se muere por tener una muestra de cada producto en su casa . Y pobre de la farmacéutica que le escatime alguna de esas cotizadas muestras: el pedigüeño se lo tomará como una auténtica ofensa. ¿Qué es eso de dar esos regalos a su cuñada o a su suegra y no él? XD:

Aunque puestos a pedir (valga la redundancia), el pedigüeño se creerá que toda la farmacia es suya y si se necesita unas tijeras, allá acudirá. Lo que sea menos comprar el objeto en cuestión, que para eso está la farmacia. 

También tenemos al niño o al marido de los recados (esos que van a comprar de parte de la mamá o de la mujer). Normalmente acuden con papel en mano con el producto apuntado en cuestión. Pero lo mejor en estos casos y para evitar incidentes (o conflictos familiares) es eso de “ante la duda, llama a mi madre” (o a mi mujer). Y en esta era de los móviles y de los whatsapp, donde la comunicación es rápida e instantánea, el consejo no puede ser más acertado.




Otra que aparece siempre es la paciente abuela y en este apartado encontramos un peculiar estudio que se encargó de hacer la autora entre sus pacientes-abuelas. Con un muestrario de 100 abuelitas podemos ver cómo son las abuelas de nuestro país prácticamente. Desde las abuelas “full time” a las abuelas que ven a sus nietos de vez en cuando porque viven en otra ciudad (en el mejor de los casos), en este capítulo vemos cómo una farmacia se puede convertir en auténtico lugar para hacer todo tipo de estudio sociológico (y bueno, psicológico también, para que nos vamos a engañar).


Un paciente que me hizo mucha gracia es el “Rectal” que al leer en el prospecto eso de “vía rectal” para usar un supositorio, el bueno hombre se tomó al pie de la letra lo de recta y pensó aquello que aprendíamos en el colegio y que decía lo de “el camino más corto entre 2 puntos es la línea recta” y decidió meter el supositorio, así, “por la recta”.

Eso sí, como anécdota para enmarcar la protagonizó una tal Gregoria, que quería toda costa la almohadilla de tinta para estampar el sello de la farmacia. Ni en el mejor guión de novela de intriga o de película policíaca aparece el “leit motiv” que le llevaba a Doña Gregoria a pedir semejante objeto. No os sigo contando, pero os aviso que todo es muy tétrico y hay que adaptarlo al carnet de identidad que usábamos antes... 

Y adaptándonos a los nuevos tiempos, vemos como ya aparece el paciente Google (ese que se las sabe todas encomendándose a San Google Bendito de Todos los Santos). De hecho, viendo la pobre boticaria que no podía con el enemigo, se unió a él y decidió ella misma usar Internet como arma informativa creando un blog de enorme éxito. 

Y, por supuesto, tenemos a la cotilla del barrio que no sabe qué hacer para enterarse de la vida de todos los pacientes que pasan por la botica o la pija que eso de Aloe Vera le suena a Loewe. O al moroso que se acostumbra a llevarse los medicamentos (o lo que se le antoje) “by the face”. Y como no: el que va a pesarse nada más (me identifico). Cuenta una leyenda que un farmacéutico de Soria amortizó una báscula, así que imaginaos lo que es tomarse la tensión, que la mayoría de las veces es gratis. Vamos, que las farmacias a veces se convierten en auténticas ONG's. Por cierto, yo voy a una farmacia donde te puedes pesar gratis (y es que si se sabe que la dueña está forrada de por sí, para qué quiere pedir 1 euro por pesarte. Eso sí: te da hasta tu IMC y todo. Para que luego digan). 

Leyendo este libro, me daba cuenta que los tipos de clientes que acuden a una farmacia no son mucho más diferentes que los que acuden a otra clase de negocio. Que al final son las mismas personas y son iguales tanto si van a comprar pan como sin van a comprar un medicamento. Yo que trabajé mucho de cara al público, según iba leyendo los distintos pacientes, sentía que conocía a muchos de ellos. Eso sí, después de ver el amplio abanico de gente asidua a dicho establecimiento, hay uno que me llamó la atención y es el Paciente Perfecto que es aquel que lo hace todo bien. Y parece ser que no es una leyenda urbana y que existe de verdad. Lo malo que como no destacan por nada concreto que hasta nos pueden pasar desapercibidos, los pobres. 

Y como lo más importante de una farmacia al fin y al cabo son los que las regentan, la autora también hace una clasificación de los tipos de farmacéuticos que podemos encontrar detrás del mostrador. Entre otros tenemos al “farmasaurio”, que es aquel boticario que quedó anclado en el pasado y no conoce lo que es un ordenador si quiera (mejor que no se encuentre con el paciente Google). Sobrevive alguno, pero supongo que esta especie estará en peligro de extinción y como ocurrió con los dinosaurios, su destino será desaparecer de la tierra para siempre. 


También encontramos al “farmagaláctico”, que probablemente se crea un fichaje de Florentino Pérez para el Real Madrid. Su farmacia no es la clásica botica de las de siempre, si no que aquello parece sacado de la segunda parte de Regreso al futuro, donde todo era muy futurista. Al final hasta te venden maquillajes y el personal viste con un uniforme alejado de la bata blanca convencional. Supongo que aquí comprará la paciente pija, o sea. 



Porque la pija de la capital no se llevará nada bien con el farma-rural, ese dueño de una farmacia de pueblo pequeño donde la pija acude de vacaciones (y bueno, esas farmacias supongo que no tendrán mucho que ver con las del farmagaláctico que sueña con ser estrella del Real Madrid). 

Claro que también hay una versión pija de farmacéutica que convertirá su negocio en la sección de perfumería y dietética de El Corte Inglés. Con la paciente pija ni fu ni fa pero con el rural... Le ocurrirá lo mismo que a la paciente pija con el farma-rural.... Y es que eso de que los extremos se atraen, en la farmacias como que no funciona.



Y, como no, también tenemos al Farmainvisible, ese titular que sólo va a la farmacia para hacer caja y poco más. El negocio se lo llevan sus empleados y él se dedica a otros menesteres (como jugar al golf). Eso sí, a este tipo de farmacéutico, la crisis se lo llevó a mejor vida y ahora es muy raro encontrar una farmacia con un dueño desparecido en combate; algo que se puede extender a todo tipo de negocios, ya que si os fijáis desde que nuestra economía cayó en picado, todos los dueños acuden a trabajar como un empleado más. 

Y con toda la clasificación de pacientes y boticarios hecha, la autora dedica un capítulo a una noche de guardia donde según la hora de apertura, así serán los pacientes que acudirán al establecimiento.

Por último, la autora nos hace un glosario por orden alfabético de las patadas que la gente da al vademécum (el diccionario de los farmacéuticos). Así encontramos el virus de Iberdrola, el ácido borrico, pacientes con las alterias (o arterias) altas o que toman cláusulas o alubias para curar su tensión. También están los que se ponen los “depositorios” por la vía rectal (ya sabéis, por la recta) y ninguno quiere, como no, que sus medicamentos les produzcan “efectos perversos”. Y hay uno con el que me siento identificada y es el Espidifén, que nunca sé pronunciar y como una no quiere bajo ningún concepto meter la pata en público con una palabra, prefiere las aspirinas de toda la vida y ya está (que para eso hice la EGB y lo sabéis). Tampoco lo del Ibuprofeno lo llevo demasiado bien, así que nada (menos mal que la aspirina me va bien que si no...). 

Pero lo mejor fue ese Paciente-Rural que dijo que su hija había tenido un “alboroto" con el “féretro” muerto después de una “necesárea”. Lo que está claro que para trabajar en una farmacia hace falta saber todo tipo de dialectos y tener mucho ingenio (y parece ser que aquí lo del Google no funciona mucho). 

CONCLUSION: 

De verdad que recomiendo este libro a todo el mundo tanto si se está relacionado con este mundo como si no. Al fin y al cabo a nadie una farmacia le parecerá un sitio ajeno, ya que es evidente que aunque sea muy de vez en cuando, acudimos a un establecimiento de estos. Con él te ríes aunque también muchas veces te echas las manos a la cabeza comprobando la de anécdotas de todo tipo que se pueden dar ahí. Durante su lectura, además, se me vino a la memoria aquella serie de Antena 3 llamada Farmacia de Guardia y que giraba en torno a una farmacia con sus clientes habituales y sus mancebas bastante atípicas que les tocaba tener. Como no podía ser de otra forma, os lo recomiendo totalmente, ya que os encantará (y hasta os sentiréis identificados muchas veces). IMPRESCINDIBLE. 






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