Se trata de la obra pictórica “La familia de Felipe IV” conocida popularmente como “Las Meninas” y fue realizada por el pintor Diego Velázquez en 1656.
Así es como podría empezar el comentario de este cuadro en el examen de selectividad de Historia del Arte, que en mi época no era posible de realizar, ya que no entraba pintura en la parte práctica de esta asignatura, al no existir de aquella las fotocopias en color. Y aprovecho para desear suerte a todos los que se encuentran ante estos temidos exámenes, que no son tan fieros como los pintan.
Las Meninas es una de las pinturas más famosas de todos los tiempos. Está expuesta en el Museo del Prado de Madrid y verla expuesta fue para mí uno de los grandes acontecimientos de mi vida. Aún recuerdo, entrar en aquella salita apartada dentro de la colección de Velázquez; aquel salón oscuro donde se encontraba este enorme lienzo que representa la familia de Felipe IV. En ese momento, sentí que yo estaba ahí dentro también, muchos siglos atrás, vestida de infanta o simplemente de mí misma, en ese momento, fascinada por ese viaje en el tiempo que realicé por unos segundos. Hubiera estado toda mi vida, ahí, contemplando este cuadro.
Es difícil expresar con palabras lo que se siente al ver un cuadro. Por eso os aconsejo, que si tenéis oportunidad de verlo alguna vez, lo hagáis. El Museo del Prado es una de nuestras grandes pinacotecas y este cuadro es una gran muestra de ello. Os voy a dejar también, las versiones que encontré sobre este mítico cuadro.
En mi primer lugar os dejo 2 versiones de las nada menos que 40 que hizo Picasso:
Ayer nueva jornada de esas para recordar, donde seguro que hubo más de un infarto y muchas tilas que preparar. Porque vaya final de liga, con 2 partidos trascendentales a seguir por la tele y otros 2 por la radio. Empezó perdiendo el Sporting que se le veía nervioso y más pendiente de lo que ocurría en el Reyno que otra cosa. Viendo que aquello no funcionaba, más de uno esperaba que fuera el Real Madrid el que le sacara del atolladero, pero tampoco. Ya veíamos otra vez al Sporting jugando contra los “écijas” o contra los “eibares” cuando todo cambió. Y ese final de tabla, más bien parecía un ascensor, con equipos que desaparecían de los puestos del descenso y otros que aparecían por obra y gracia. Después del Reyno, era el Ruiz de Lopera el interesante (y donde para sorpresa de muchos, ocurrió la hecatombe). Tras 90 minutos angustiosos, finalmente el Sporting sigue en primera con un puesto 14 que casi suena a UEFA (lo que es el futbol).
Así que nuevamente fiesta en Gijón, con coches pitando y gente bañándose en la fuente de Begoña (que van a quitar en breve; por lo que habrá que buscar otro emplazamiento para las celebraciones futboleras). Aquello sonaba a conocido y seguro que más de uno tuvo sensación de “dejá vu”, ya sabéis eso que ocurre cuando tenemos la sensación de haberlo vivido anteriormente. Y es que la celebración del ascenso está muy reciente y yo creo que como había ganas de otra igual, el Sporting decidió dejar los deberes para última hora. Como siga así, habrá que cambiar la fiesta de Begoña del día 15 de agosto, por la fiesta del Sporting. Eso sí, este año se notaba que las camisetas eran nuevas, ya que el año pasado mucha gente tuvo que tirar de las antiguas, con nombres como Julio Salinas y hasta Quini, si me apuras.
Os dejo el audio con el himno del Sporting y el post que dejé el año pasado en el Windows LiveSpace, cuando el Sporting ascendió.
El domingo pasado vivimos una jornada histórica en Gijón, al ascender de nuevo el Sporting después de 10 años en el infierno (que son demasiados). La ciudad se vistió de gala para la ocasión desde horas antes del Sporting-Eibar en El Molinón, que hay que ver lo que costaba pillar una entrada. No faltó el sufrimiento la semana anterior, con 2 minutos de infarto en los que todo cambió... Se mascaba en toda la ciudad que ibamos a ser de 1ª (no como el Rayo de Sabina) y por ello sólo había un tema: el partido... Bares llenos (la pantalla gigantesca daba el otro partido trascendental), gente con los cascos en las orejas y un Molinón que estallaba de alegria con los 2 goles locales y que estalló de júbilo al dar el pitido final (no faltaron ni los fuegos artificiales)... Todo Gijón fue una fiesta y sólo se escuchaban pitidos y cánticos de despedida (pero de las alegres) y de bienvenida. El color dominante fue el rojiblanco (si hasta se agotaron los globos de esos 2 colores) y por una vez casi toda la gente se puso un uniforme: la camiseta del Sporting, donde alguien tuvo que buscar en el baúl de los recuerdos ya que se vieron algunas de Julio Salinas (espero que no hubiera ninguna apolillada). Porque si al principio de temporada las oficinas del club estaban vacias, al acabar todo el mundo pareció contagiarse de Sportinguismo,con mareonas incluidas y no sólo por campos cercanos sino hasta en Castellón (nada menos que a 900 km), se dejó notar que este Sporting "nunca caminará sólo".
Al día siguiente no faltó el ya clásico autobús al descubierto con los héroes de la gesta montados en él por todas las calles de Gijón. Fueron hasta La Calzada, para que nadie se enfadara.
La próxima liga va a ser de máxima expectación. Ya no habrá más Sporting-Écija ni que jugar con filiales. Ahora a dar la bienvenida a los más grandes... Y que sea por muchos años.